En el pasado las civilizaciones antiguas también se preocuparon por traducciones pero no en la forma en que las conocemos nosotros hoy en día. En esos tiempos la traducción se realizaba principalmente de los textos realizados por las grandes civilizaciones griegas, romana, orientales y se efectuaban de los textos sagrados, religiosos, necesitándose conocimientos sólidos para poderlos descifrar. Representaba una grande responsabilidad la traducción de estos textos y el resultado no era siempre lo previsto, el traductor pagaba a menudo el precio supremo para la traducción obtenida porque existía la idea que no se puede intervenir sobre las palabras sagradas. En este contexto, las traducciones no literales o no aceptadas llegaron a ser utilizadas como arma contra la iglesia. Poco a poco la traducción palabra por palabra empieza a rechazarse, al considerarse que no puede trasmitir el mismo sentido como el texto original.

Los teóricos de los años cincuenta, setenta se preocuparon intensamente por la definición del concepto de la equivalencia. La traducción, una actividad con muchos elementos por considerar fue definida en varios modos. Aunque son diferentes, las definiciones tienen también rasgos comunes: la referencia a los dos idiomas (el idioma original y el idioma meta) y las equivalencias entre el texto original y lo traducido para guardarse las características del original. Los procedimientos y las técnicas de traducción se enumeraron a lo largo de los años por varios teóricos británicos, alemanes, etc. y por lingüistas rumanos, concluyendo por consecuencia que la tipología de los textos marcan los tipos de traducción e implícitamente los tipos de la equivalencia.

Hoy en día la tecnología que ocupó todos los dominios se utiliza también para las traducciones, los así llamados herramientas CAT, programas que ayudan a la edición, gestión y guarda de las traducciones. Con la ayuda de estos programas se pueden realizar base de datos que acortan considerablemente el tiempo de trabajo para un texto. Los traductores jurados que deben responder a las solicitudes de los clientes muy rápido son favorecidos por el uso de estos programas. Pero la traducción asistida por la computadora tiene sus desventajas, sin la intervención humana siendo inútil a su fin.

El futuro está reservado a las aplicaciones que facilitan la comunicación verbal y escrita. Existen ya aplicaciones que por la conexión a una computadora, teléfono o tableta facilitan la conversación con cualquier persona en cualquier idioma porque Usted recibirá las respuestas de esa persona en el idioma de su interés. Al mismo tiempo puede traducir instantáneamente mensajes vocales lo que es útil si Usted está en un país cual idioma no conoce pero desea comunicar con los habitantes.

La pregunta es ¿dónde está la delimitación entre tecnología y la intervención de los traductores para obtener unas traducciones viables de punto de vista estético, jurídico y económico, etc.?